El 16 de julio, el muelle pesquero de Puerto de la Cruz se convirtió en un epicentro de fervor y devoción. A las 20:35 horas, una multitud proclamó al unísono: “No pasa nada, la Virgen está embarcada”. Este emocionante momento marcó la salida al mar de la Virgen del Carmen y San Telmo, una tradición celebrada con gran entusiasmo durante las Grandes Fiestas de Julio.
Miles de personas se reunieron para presenciar uno de los eventos más significativos de estas fiestas, un símbolo de la identidad marina de la ciudad. La celebración rindió homenaje a pescadores y cargadores, quienes con orgullo y emoción, portaron las imágenes veneradas que han sido parte de la vida de generaciones de portuenses.
El día comenzó con una eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, a la que asistieron autoridades civiles y militares, encabezadas por el alcalde Marco González. El Coro San Andrés y Santa Mónica de Los Realejos participó en la ceremonia, presidida por el párroco Agustín Domingo Marrero Delgado, delegado Diocesano de Pastoral Penitenciaria.
Después de recorrer los 300 metros que separan la parroquia del muelle, con una parada en el mirador de San Telmo, las imágenes de la Virgen del Carmen y San Telmo fueron llevadas al mar entre vítores, ofrendas y cánticos. Los Cargadores de la Venerable Cofradía del Carmen y las Cargadoras de San Telmo dirigieron las imágenes hacia los barcos Nuevo San Ramón y Adrinere. Este año se conmemoró el 70 aniversario de la llegada y entronización de Nuestra Señora del Carmen, donada por el escultor Ángel Acosta Martín.
Tras casi dos horas de procesión, las imágenes embarcaron hacia el horizonte, mientras el sol las despedía con un saludo lleno de pasión y devoción. La presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, aceptó la invitación del alcalde y se embarcó en el Nuevo San Ramón, liderando una representación insular junto a otras autoridades.
La procesión culminó en un muelle abarrotado, donde la devoción y el amor hacia la patrona de los marineros se manifestaron con fuerza. La piel de muchos se erizó al escuchar las tradicionales coplas dedicadas a la Virgen, interpretadas por Tony Acedo y Chago Melián, quien cumplió 42 años consecutivos acompañando a la Virgen en su embarque.
La plaza del Charco también fue escenario de encuentros familiares y celebraciones, reflejando el profundo arraigo de esta festividad en la vida de todos los portuenses, tanto de los nacidos en la ciudad como de aquellos que la han adoptado como su hogar. Fue un día redondo de fiesta y devoción, donde la identidad marina de Puerto de la Cruz se expresó en todo su esplendor.
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